Datos sobre la demencia en España

Llegar a la vejez con todas las capacidades cognitivas es un reto que la población española enfrenta. Sin embargo, si por alguna de las causas comunes alguien llega a padecer de una patología neurodegenerativa como la demencia, lo primero que se debe considerar es la aceptación de la enfermedad para empezar la atención con una base emocional fuerte.

Cuando el paciente sabe que el problema tiene nombre y se puede tratar, siente alivio y esto hace más sencillo aplicar el tratamiento. El tema de la demencia es amplio, en algunos puntos de estudio llega a ser incluso ambiguo debido a las posturas médicas y resultados de las diferentes corrientes de investigación.

Estudios considerables de la demencia

Estudios científicos sobre la demencia

 

En España, estudios de la última década se han enfocado en conocer los datos relevantes que ayuden a enfrentar esta enfermedad y a su vez exista un bienestar en la población con la patología en los familiares y allegados.

El cuidado de las personas con demencia le cuesta al estado español más de 20.000 millones de euros al año. Esta cifra es relevante ya que la mayoría son casos avanzados y hoy en día existen pruebas para determinar esta patología a temprana edad y ejecutar la atención primaria.

Se le llama deterioro cognitivo ligero cuando se padecen de ciertos síntomas leves, como dificultad para encontrar las palabras a la hora de hablar, perderse mientras se está conduciendo, confusión y desorientación.

En estos casos, es ideal consultar al médico para que realice las pruebas pertinentes y se pueda descartar algún tipo demencia o en el caso de toparse con esta patología, iniciar el tratamiento.

Actualmente en España muchas personas no acuden a hacerse la prueba por miedo o porque han adquirido un diagnóstico propio, basado en especulaciones o investigaciones propias las cuales no tienen peso médico y se convierten en evaluaciones irrelevantes.

Esto es contraproducente para la persona, ya que en algún momento deberá acudir al médico y cuando se somete a las pruebas hay un retraso del tratamiento de 2 años en promedio desde la primera cita y la vez que aparecen los síntomas.

Acciones importantes de impacto

Estos últimos años, España ha desarrollado campañas de sensibilización sobre el tema de la demencia en ancianos, motivando a la población al diagnóstico temprano. Es una cuestión de empoderamiento social donde se les da la información detallada y se les permite saber las herramientas con las que cuenta para tratar esta enfermedad, en caso de padecerla.

También existen fundaciones y grupos de atención online que promueven las campañas de concientización y a su vez proporcionan y elaboran pruebas, no tanto para dar un diagnóstico específico, sino para guiar a la población a descartes tempranos y ofrecerles orientación terapéutica.

Siempre, claro está, con el objetivo de que la persona se dirija a un centro o laboratorio especializado y empiece un tratamiento si es necesario.

El abordaje de la demencia se puede realizar terapéuticamente, farmacológicamente y no farmacológicamente. Todo va a depender del tipo de demencia que se padezca. No obstante, independientemente que se trate de Alzheimer, demencia vascular, demencia con cuerpos de Lewy o mixta, lo importante es el diagnóstico temprano.

Cuidados necesarios y especializados

Cuidados especialidados

Cuando la demencia llega a un nivel avanzado, las personas que la padecen se vuelven seres dependientes, necesitan la atención y ayuda para realizar las actividades básicas de la vida diaria  o, en el caso de personas con discapacidad intelectual o enfermedad mental, soportes para su autonomía personal.

En esta condición de dependencia quedan a cargo de cuidadores. Estos, según un estudio en España señalan que sus dependientes manifiestan mejoría o estabilización de los síntomas una vez que se inicia el tratamiento.

Es importante considerar en el cuidado y atención a la dependencia diversos factores para garantizar la excelencia del trabajo y favorecer la autoestima y habilitar el entorno de la persona dependiente que se está atendiendo.

En algunos casos, la demencia puede empezar a dar sus primeras manifestaciones a partir de los 50 y requiere atención. No obstante, al hablar de demencia en ancianos existen más factores a considerar debido a que la edad trae consigo ciertas incapacidades y al tener algún tipo de discapacidad mental convierte a la persona en un ser de mucha mayor dependencia.

Ya sea de baja o alta dependencia, lo mejor para la familia y cercanos es considerar un cuidador profesional para la persona con demencia.

Atención con profesionalismo y vocación

Los cuidadores profesionales están capacitados para ofrecer la atención necesaria. No obstante, es recomendable presentarles toda la historia médica del dependiente. Esto ayudará mucho el ejercicio del trabajo.

Cuando el cuidador no trabaja en conjunto con su dependiente y además no tiene conocimiento de su perfil emocional o psicológico puede haber consecuencias que en vez de mejorar el proceso de cuidado lo retrasa. Sentimientos de frustración, soledad, depresión o pérdida de funciones en la persona dependiente son algunas de las consecuencias que destacan en estos casos.

La dependencia no depende únicamente de la discapacidad que la provoca, sino de cómo se adapta el contexto a las necesidades de la persona. Por eso, cada cuidador por su cuenta deberá estudiar muy bien a cada paciente.

Hay herramientas que les permiten medir la capacidad de su dependiente para realizar ciertas actividades básicas y en función de este resultado crear el entrenamiento, tratamiento y terapia adecuada.

Contrario a los que algunos profesionales de la salud puedan decir, existen tratamientos de varios tipos que pueden ayudar a mejorar la condición de una persona con demencia. Claro está, esto va a depender de diversos factores como la atención primaria y la calidad de los cuidados que reciba el paciente.

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