El cuidado de personas que requieren asistencia implica mucho más que la simple buena voluntad por parte de sus cuidadores. Indistintamente se trate de alguien mayor, con limitaciones temporales o permanentes, el trabajo de cuidar personas dependientes debe asumirse con preparación y mucho compromiso.

Si estás a cargo de alguien mayor con algún tipo de limitación, en las siguientes líneas te contamos cómo llevar a cabo tu labor de la mejor manera posible.

Comprender y reconocer la dependencia

Paradójicamente, tanto el paciente como su círculo de relaciones más cercano suelen ser los últimos en admitir que la limitación es una realidad. Creen que no es necesario recurrir a la asistencia, ya sea mediante el apoyo de algún tipo de equipo o a través de otra persona.

Esto tiene un impacto mayor o menor dependiendo de cada individuo, así como las circunstancias en que se presenta la discapacidad. Por ejemplo, no es igual perder el sentido de la vista de forma gradual debido a un deterioro neurológico, que quedar ciego por causa de un accidente. Al final, la limitación será la misma, pero tendrá un impacto distinto, tanto en quien la sufre como en su entorno familiar.

Factores que desencadenan o influyen en la pérdida de autonomía

  • Enfermedades: Hay patologías que son incapacitantes, ya sea porque la generan o porque aumentan el nivel de dependencia. Es posible que el paciente se quede en cama, en silla de ruedas o deba usar asistencia mecánica para continuar con sus actividades cotidianas.
  • Deterioro neurológico: el deterioro del sistema neurológico puede producir pérdida de las percepciones sensoriales. En consecuencia, el adulto mayor va perdiendo conexión con su entorno.
  • Eventos fortuitos: Las caídas y otros accidentes son frecuentes en los adultos mayores. Dependiendo de la gravedad del evento, es posible que el paciente sufra de algún tipo de incapacidad temporal o permanente.
  • Medicación: El tratamiento de ciertas enfermedades implica el uso de medicamentos cuyos efectos secundarios inciden directamente en las facultades cognitivas y motrices del paciente. Es probable que durante un tratamiento necesite asistencia.

Impacto de la dependencia en el paciente y su familia

Una de las razones por las que las familias encargadas de cuidar personas dependientes prefieren contratar nuestros servicios es porque no saben cómo abordar al paciente desde una perspectiva saludable. No cuentan con las herramientas adecuadas para afrontar la situación de forma que todos salgan ganando.

Cuando alguien pierde su autonomía, no solo pierde una capacidad o facultad determinada. Esta nueva situación tiene un impacto multidimensional, tanto para el paciente como para su familia.

Las emociones de todos entran en conflicto

Tanto el paciente como la familia sufren un revés emocional ante una incapacidad. El paciente tiende a deprimirse y, según su temperamento, puede tener comportamientos que van desde el aislamiento total, hasta actitudes agresivas hacia sus acompañantes.

La familia suele experimentar frustración (sobre todo a largo plazo), que puede manifestarse desde la impaciencia hasta la ira ante un paciente que no colabora. Incluso, pueden llegar a sentir que la persona no hace lo suficiente ni pone empeño en hacer su situación más llevadera.

Pautas para cuidar a una persona mayor o dependiente

Nuestro personal está entrenado para asumir el cuidado de una persona mayor o una persona dependiente. Las familias tendrán el tiempo y espacio suficientes para mantener su equilibrio emocional y su vida cotidiana. No obstante, si es necesario que asumas personalmente el cuidado de un pariente o amigo cercano. Estas son las cosas que debes tener en cuenta.

  • Infórmate adecuadamente acerca del impedimento. Así sabrás qué cosas puede y debe hacer por sí mismo y qué cosas no. También procura recibir información acerca de la forma correcta de asistir a alguien en su condición específica.
  • Aclara todas las dudas respecto a la medicación. Esto incluye, horarios, dosis, forma de administración, posibles efectos secundarios, tener a mano el número de emergencias y el de su médico de cabecera. Ten a mano cualquier elemento que sea necesario a la hora de dar el tratamiento.
  • Elabora un horario diario. Las rutinas son buenas, crean hábitos y la persona que cuida sabe qué esperar. En ese horario debe estar claramente señalado el tiempo para comer, la hora de las medicinas, los tiempos de descanso, aseo personal y actividades de entretenimiento. No olvides incluir tu tiempo de descanso personal.
  • Haz una lista de cosas por hacer. Por ejemplo, las compras de alimentos y medicinas, el lavado y planchado de la ropa, el aseo de los espacios que ocupen tanto el paciente como tú.
  • Busca apoyo. Sobre todo si la persona es 100?pendiente, es necesario programar relevos, ya sea para tu descanso personal, como para realizar tareas. Anticípate a las posibles eventualidades.
  • Asimismo, es importante que el adulto mayor reciba visitas que pasen tiempo de calidad con él. Organiza meriendas, partidas de juegos de mesa o que pasen un par de horas viendo alguna película.
  • No te desgastes. Si sientes que te es difícil o tus emociones se están saliendo de control, ha llegado el momento de tomar un respiro y ceder el testigo. Puedes llamarnos y nos haremos cargo.