Aun cuando puede manifestarse en gente joven, el alzheimer es un trastorno neurodegenerativo más frecuente en personas de más de 60 años. Se origina por una pérdida progresiva y continua de la acetilcolina, que es una sustancia química fundamental para la neurotransmisión en el cerebro. Se considera una de las enfermedades más comunes en personas ancianas.

Es la acetilcolina la que hace posible la comunicación entre las células nerviosas y al darse su pérdida se ven afectadas funciones tan importantes del cerebro como el aprendizaje, el pensamiento y la memoria.

Causas del alzheimer

Así como la reducción progresiva y constante de la acetilcolina es responsable del desarrollo de esta enfermedad, también es muy cierto que diversos elementos intervienen en esta compleja alteración del funcionamiento del cerebro.

Por eso no es fácil precisar quién puede llegar a padecerla, pero hay algunos factores que pueden incidir para que sea más probable sufrir de esta patología que afecta a muchas personas en el mundo.

Estudios científicos muy recientes señalan que la enfermedad del alzheimer se origina al combinarse causas genéticas, ambientales y de formas de vida que terminan por afectar el cerebro con el paso del tiempo.

No puede afirmarse con exactitud qué la origina, aunque los estudios e investigaciones al respecto son innumerables. En cualquier caso lo que puede decirse con certeza es que la proteínas cerebrales dejan de funcionar con normalidad, se dañan las células cerebrales o neuronas y al final mueren.

Generalmente el daño comienza a manifestarse con la parte del cerebro responsable de la memoria, aunque rigurosos estudios han demostrado que el daño en sí comienza mucho antes de que se observen los primeros síntomas.

Algunos factores de riesgo

Con base en la experiencia y por lo que indican las estadísticas son:

  • La edad, aunque no sea parte del normal envejecimiento, pero sí son mayores las probabilidades en las personas que envejecen.
  • El sexo, al ser más las mujeres las que padecen de alzheimer.
  • El estilo de vida de las personas que fuman, por diabetes no controlada, la obesidad, el abuso del alcohol, el sedentarismo o hipertensión.
  • Por algún traumatismo craneal sufrido en el pasado.
  • El insomnio o frecuentes problemas para conciliar el sueño suelen estar asociados con esta enfermedad.

Fases y síntomas

Etapas y efectos

 

Muchos estudios bien fundamentados determinan varias fases del alzheimer y su número variará según cada uno de estos. Pero en esencia puede hablarse de tres fases:

  • Leve. Puede oscilar entre los dos y tres años, y se caracteriza por el olvido de hechos recientes, comienza a surgir la desorientación aún en espacios conocidos, disminuye considerablemente la concentración y la persona se fatiga con frecuencia. En esta fase el afectado todavía mantiene una conversación con relativa normalidad.
  • Moderada. Todo lo relacionado con la memoria comienza a fallar notablemente. Ya se presentan dificultades para la expresión oral y darse a comprender. La higiene personal empieza a descuidarse. Comienza a desconocer a las personas de su entorno familiar y amistades. Le cuesta valerse por sí mismo en cuanto a vestirse y a utilizar los cubiertos.
  • Grave. Ya se han agravado todos los síntomas cerebrales. Es posible que se sufra de temblores y de crisis de epilepsia. Puede ser que no sienta dolor. La persona llega al punto de no reconocer su propio rostro en el espejo.

Ya vistos estos síntomas y sus diferentes fases, el tratamiento del alzheimer es un punto de mucha dedicación y muy extenso, que requiere de la intervención de los mejores especialistas, como los que pueden conseguirse SADA. Una empresa dedicada a la prestación de servicios de ayuda personalizada a domicilio, como cuidado y atención personal, limpieza o ayuda doméstica, transporte con vehículo adaptado, etc., ya sea bajo un acuerdo de carácter privado o según la Ley de Dependencia.

Todo un proyecto integral para personas en situación de dependencia, que viene a ser un gran soporte para quienes tienen que convivir con la persona que padece de este trastorno neurodegenerativo.

Son condiciones básicas para que pueda afrontarse esta situación con la mayor entereza, y tanto el paciente como quienes lo rodean no vean sus actividades cotidianas alteradas en un punto extremo.

Las señales

En una primera etapa se dan pequeñas y a veces poca notable pérdida de memoria que con el transcurso del tiempo se van haciendo más evidentes y preocupantes para la persona afectada.

Es entonces cuando se ve seriamente comprometida la memoria a corto plazo que incapacita la retención de nuevas informaciones y la memoria a largo plazo que incluye la incapacidad para recordar informaciones básicas y personales, como la fecha de nacimiento o la profesión u oficio propio, o la dirección de habitación.

La capacidad para razonar se altera y se dificulta el entendimiento de asuntos diversos por más sencillos que sean.

Se pierda la capacidad espacial con una total desorientación aún en lugares muy conocidos o familiares.

Apraxia o falta de control sobre los movimientos que impide la normal realización de ciertas actividades como abotonarse una camisa.

Se pierde la capacidad para entender las palabras e incluso aquellas que son más comunes.

Los cambios de carácter es uno de los síntomas del alzheimer más difíciles de afrontar para el entorno familiar de quien padece de este trastorno. Se manifiesta como irritabilidad o confusión o desánimo o falta de entusiasmo e iniciativa.

Cómo prevenir

Forma de prevenir el Alzheimer

 

Si bien no hay una evidencia sólida sobre su prevención, se ha comprobado el beneficio de hábitos que favorecen la buena salud en general que pueden evitar o retrasar la aparición del alzheimer:

  • Ejercitación cerebral. Hay actividades que para personas con Alzheimer como son leer, resolver sudokus o crucigramas, videojuegos, todo cuanto lleve a la mente a desarrollar habilidades cognitivas.
  • Evitar el sedentarismo. Ayuda el caminar diariamente al menos unos 30 minutos a buen ritmo.
  • Cuidar la alimentación. Una dieta equilibrada, como la mediterránea, con proteína magra de buen contenido de ácidos grasos omega 3, así como gran cantidad de frutas y verduras.
  • Mantente activo socialmente logra que el cerebro esté alerta y activo en todo momento.
  • Evitar el tabaco. Con el hábito de fumar se tienen un riesgo 45 por ciento mayor de padecer demencia.
  • Cuidar el corazón. Las enfermedades cardiovasculares son uno de los factores de riesgo para padecer alzheimer.