Cómo manejar los trastornos de conducta alimentaria en personas mayores
Existen muchos conceptos erróneos sobre qué son los trastornos alimentarios y quién probablemente los desarrolle.
Según las estadística, es más probable que afecten a niños, adolescentes y adultos jóvenes y son más frecuentes en las mujeres que en los hombres.
Como resultado, quizás se asuma que estas son las únicas personas que pueden desarrollar este tipo de afecciones. No obstante, los trastornos de conducta alimentaria pueden afectar a cualquiera, sin importar la edad, sexo o raza.
Transtornos alimentarios en mayores. Más común de lo que crees
Los estigmas alrededor a este problema y el mito de que no afectan a los adultos mayores implican que cuando estos desarrollan alguno, a menudo no reciben el diagnóstico y el tratamiento que necesitan.
Como cuidador de una persona mayor, se debe estar atento y saber cómo abordarlos, por lo que aquí explicaremos cuándo saber que un anciano lo padece y cómo manejarlo.
Tipos de trastornos y causas
Un trastorno alimentario se clasifica como un trastorno psicológico que se caracteriza por hábitos alimentarios alterados o anormales. Según algunas investigaciones, las mujeres de mediana edad o mayores forman parte del grupo más grande de nuevos pacientes que pueden sufrir de este problema.
Sin embargo, cuando una persona mayor sufre de esta afección puede ser menos reconocible, lo que lleva a que tenga menos apoyo al buscar tratamiento para su problema.
Es por esto que muchas veces es importante informarse o contar con el apoyo de auxiliares y servicios de atención como los que se consiguen en SADA para prevenir complicaciones y garantizar una vejez saludable para el ser querido.
Causas
Este tipo de problema, como la mayoría de otros trastornos, tiende a intensificarse durante los períodos de mayor tensión y estrés.
Los factores estresantes para los ancianos por lo general incluyen la pérdida de amigos, pérdida del funcionamiento físico, menopausia, soledad, jubilación, falta de propósito o la aparición de enfermedades relacionadas con la edad.
Los tres principales tipos de trastornos son:
Anorexia nerviosa
Condición en la que una persona restringe severamente su ingesta de alimentos y pueden limitarse a solo una fracción de las calorías que necesitan cada día o abstenerse de comer por completo durante días.
Puede ocurrir porque tienen una imagen distorsionada de su cuerpo o porque sienten que no tienen ningún control en sus vidas y ven su ingesta de alimentos como algo en lo que sí pueden decidir y asumir autónomamente.
Bulimia nerviosa
Tiene causas similares a la anorexia: conseguir una imagen corporal deseada o un medio de tomar el control de algo cuando una persona siente que no tiene autoridad.
En lugar de restringir la cantidad de comida que ingiere, la persona seguirá comiendo, pero luego tratará de purgarla de su cuerpo, por lo general mediante el uso de laxantes u obligándose a vomitar.
Atracones
Se caracteriza por una ingesta excesiva de alimentos. Esta ingesta puede derivar en un aumento significativo de peso, lo que causa problemas de salud física debido al debilitamiento de la fuerza muscular y ósea que viene con el envejecimiento.
Otros problemas
Existen otras formas de trastornos alimentarios que no cumplen con todos los requisitos de diagnósticos específicos.
Se debe estar atento a los síntomas y buscar ayuda profesional cuando se sospeche de que el ser querido puede estar padeciendo de esto.
Síntomas y riesgos
Es importante estar alerta a los signos y síntomas para evitar las consecuencias de estos desórdenes alimentarios. Las señales que se deben tener en cuenta en el anciano son:
- Evita las comidas.
- Acude regularmente al baño inmediatamente después de la ingesta de alimentos.
- Evita o cancela planes vinculados con la comida.
- Presenta cambios de conducta.
- Se vuelve muy sensible al frío.
- Hace comentarios negativos frecuentes sobre el envejecimiento.
- Pérdida o aumento repentino de peso sin explicación.
- Aspecto desnutrido.
- Presenta pérdida excesiva de cabello.
Algunos de los síntomas anteriores, como el peso y la pérdida del cabello, pueden ocurrir naturalmente a medida que se envejece, pero no deben descartarse automáticamente al asumirlos como normales.
Los desórdenes alimentarios tienen un impacto significativo en la salud física y psicológica de las personas mayores y pueden terminar por ser fatales.
Los potenciales riesgos son:
- Anemia.
- Insuficiencia cardiaca.
- Insuficiencia renal.
- Osteoporosis.
- Pancreatitis
- Problemas cognitivos.
Tratamiento
Cuando un familiar o ser querido mayor está luchando con este problema, es importante que busque ayuda para saber cómo cumplir una adecuada alimentación en ancianos.
Hay tratamientos eficaces disponibles y la recuperación oportuna se consigue mejor mediante una intervención experta. Entre estos se incluyen:
Tratamiento cognitivo conductual
Este tipo de intervenciones en particular abordan los cambios corporales relacionados con la edad, la autoestima, la aceptación del cuerpo y el cuidado personal.
Es el tratamiento más realizado para este tipo de problemas y puede ser muy eficaz.
Tratamiento basado en la familia
A veces denominado método Maudsley, está diseñado para ayudar a la recuperación con la ayuda de la familia y los seres queridos, incluidos padres, parejas e hijos, como un complemento y en conjunto con la terapia individual.
Terapia interpersonal
Ayuda a que la persona mayor comprenda y acepte temas como su propia vejez, los cambios de su cuerpo, la transición de roles, pérdidas, así como relaciones no resueltas.
Este tipo de problemas pueden ser la base del trastorno alimentario, por lo que una psicoterapia puede ayudar a sobrellevar estos cambios.
Terapia de grupo
Trabajar en un entorno grupal, hacer conexiones y compartir experiencias le permite a alguien en la rutina diaria de la mediana edad ver que no está solo.
Cuando se usa en combinación con terapia individual, puede ser una excelente fuente de tratamiento y apoyo para aquellos con bulimia o trastorno por atracón.
Terapia nutricional
Un especialista de nutrición diagnostica, hace seguimiento, asesora y proporciona los componentes de una dieta equilibrada y saludable, por lo que es una excelente opción para encauzar al anciano a realizar los cambios necesarios y recibir los nutrientes que su cuerpo necesita.
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