La vejez es una etapa llena de retos. Y a menudo, debido a la aparición de enfermedades en personas ancianas y a la pérdida de la autonomía, los mayores requieren apoyo y cuidados de sus seres queridos. Pero, ¿y si la persona se resiste a recibir estos cuidados? En esos casos, puede que la situación sea aún más complicada para todos.

Sin embargo, es posible tomar ciertas medidas para solucionar este problema y ofrecerle la mejor calidad de vida posible al anciano. Estas son algunas recomendaciones que han resultado de gran utilidad para muchos.

Por qué una persona mayor podría rechazar los cuidados

Motivos por los que una persona mayor no aceptaría recibir ayuda

 

Lo primero es entender la causa del problema. En realidad, que una persona de edad avanzada se rehúse a aceptar los cuidados que necesita es una situación más común de lo que parece. Y es que es difícil para cualquiera reconocer la pérdida de habilidades básicas y de la autonomía.

Aparte, si la familia decide contratar servicios de cuidado y atención a la dependencia, puede que el anciano no se sienta cómodo al recibir ayuda de un desconocido. Así que ser empático y comprensivo es la clave. Para ello, hay que comunicarse de forma franca y directa, pero siempre teniendo en cuenta las opiniones y sentimientos del mayor.

Es importante saber escuchar para comprender sus necesidades y evitar que se sienta ignorado, rechazado o impotente. Los familiares deben hacerle comprender que tiene ciertas limitaciones y que existen actividades que ya no puede hacer, razón por la que hay buscar ayuda.

Es probable que el mayor se niegue a aceptar sus limitaciones. En ese caso, la paciencia y el afecto son fundamentales. Al conocer la causa por la que la persona no desea recibir ayuda, será más fácil encontrar una solución que funcione para todos los miembros de la familia.

Lo que se debe hacer para ayudar a un familiar de edad avanzada

No es una situación que no tenga solución. Así que es conveniente no perder la calma o preocuparse en exceso. Estos son algunos consejos que funcionan bien en la mayoría de los casos:

Mantener la calma y escuchar

Escuchar a la persona mayor

Se debe recordar que perder la autonomía es algo bastante difícil. Por eso, no hay que angustiarse o desesperarse, ya que esto solo empeorará el problema y hará sentir incómoda a la persona de edad avanzada. Es mejor escuchar de forma activa para tener en cuenta sus deseos y hablar las veces que sea necesario para hacerle comprender su situación.

Incluirlo al hacer planes

Un error bastante común es contratar servicios de cuidado sin consultarlo con el anciano. No hay que olvidar que tiene derecho a ser escuchado y a que se tengan en cuenta sus opiniones y deseos. Por eso, antes de tomar cualquier decisión, es buena idea hablarlo y llegar a un acuerdo.

Para elegir de forma adecuada, se deben analizar sus necesidades y nivel de dependencia. La mayoría prefiere seguir viviendo en su propio hogar. De manera que, sí es posible, puede que contratar a un cuidador sea la mejor opción. Esto le da la oportunidad al mayor de vivir en un entorno conocido y sin cambiar sus hábitos o costumbres.

Introducir los cambios de forma gradual 

Una vez que se toma la decisión, es importante hacer cambios de forma paulatina y darle tiempo para que se acostumbre a su nueva realidad. De lo contrario, lo más probable es que se resista a los cuidados. Si se contrata a un cuidador, no es conveniente que al principio esté demasiado tiempo en casa. Se podría empezar con unas pocas horas al día y después aumentar el tiempo.

El cuidador no debe hacer todas las tareas por el mayor, solo aquellas que éste no pueda realizar por su propia cuenta. Incluso, es recomendable que trabajéis en equipo. Así se conservará la autonomía del anciano hasta el grado en que sea posible. También es fundamental respetar al máximo su intimidad.

Buscar ayuda profesional

¿Y si a pesar de todos los esfuerzos la persona sigue resistiéndose? Quizá sea necesario buscar ayuda de un psicólogo especializado en gerontología. Este es el profesional indicado para mediar entre ese familiar que ya no sabe qué hacer y la persona que no se deja cuidar. Es capaz de entender a ambas partes y ayudará a encontrar una solución que funcione para todos. 

Errores que hay que evitar

Para no empeorar el problema, es conveniente evitar estos errores tan comunes:

  • Amenazar o imponer: como ya hemos dicho, nunca hay que imponer una decisión, pues solo aumentará el rechazo. Es mucho mejor ser positivos e intentar llegar a un acuerdo.
  • Alterarse: no se debe perder la calma o mostrarse ansioso ante una persona que requiere cuidados. Aún en medio de una situación estresante, hay que conservar la calma.
  • No informar: contratar algún servicio de cuidados sin consultarlo con el paciente es un error grave. Se obtendrán mejores resultados si previamente se comunica la decisión.