La insuficiencia cardíaca es una condición preocupante en cualquier individuo, pero lo es aún más cuando se trata de una persona mayor.

Aunque esta afección suena como algo grave, esto no significa que el corazón de la persona se haya detenido, sino que no está funcionando correctamente. Por eso, la insuficiencia cardiaca en ancianos debe tratarse con rehabilitación. De esta forma, nos aseguramos que la persona con la afección esté lo más cómoda y saludable posible.

A continuación, te explicamos todo lo que necesitas saber acerca de este problema de salud.

¿Qué es la insuficiencia cardíaca y cuáles son sus causas?

 

Es una afección cardiovascular que ocurre cuando el corazón de una persona no puede bombear un suministro adecuado de sangre a través de su cuerpo.

Esta condición se desarrolla con el tiempo. Todos perdemos algo de nuestra capacidad de bombear sangre a medida que envejecemos. A medida que el corazón se debilita, no puede llenarse con suficiente sangre o no puede bombear con la fuerza adecuada.

Pero la insuficiencia cardíaca es causada por otros padecimientos que dañan el corazón. Estos incluyen problemas de arterias coronarias, presión alta, diabetes, o ataques cardíacos.

Otro factor a tener en cuenta es el estilo de vida que se lleva. Tener sobrepeso u obesidad, fumar, una dieta rica en grasas y colesterol, así como la falta de ejercicio, son factores predisponentes. Las personas con presión arterial alta y niveles altos de colesterol deben tomar medidas para minimizar el riesgo de sufrir insuficiencia cardiaca.

Síntomas

En la insuficiencia cardiaca en ancianos, los síntomas más comunes son:

  • Dificultad para respirar.
  • Hinchazón, particularmente en los pies, piernas y tobillos.
  • Una frecuencia cardiaca elevada.
  • Fatiga y debilidad.
  • Desorientación o confusión.
  • Sibilancias, tos crónica o ataques de tos.
  • Náuseas.
  • Mareos o sensación de desvanecimiento.
  • Falta de apetito.

Cuando los ancianos presentan más de un síntoma, deben ser evaluados por un médico profesional.

Tipos de insuficiencia cardiaca

Hay dos tipos principalmente, uno afecta el lado izquierdo del corazón y otro el lado derecho, y de este último se deriva un tercer tipo.

Esta afección puede darse de forma crónica o aguda.

La forma crónica, que es la más común, ocurre progresivamente, por lo que los síntomas aparecen de forma lenta y se van intensifican con el tiempo. No tiene cura, pero se puede controlar la sintomatología con tratamiento.

En su forma aguda ocurre repentinamente y los síntomas aparecen de manera grave. Se puede reducir con medicamentos.

En cuanto a los tipos, detallamos a continuación:

Insuficiencia del lado izquierdo

Este ventrículo es más grande que las otras cámaras del corazón y es el que ofrece mayor potencia al bombeo. En la insuficiencia del lado izquierdo, este ventrículo debe trabajar más para bombear la misma cantidad de sangre al cuerpo.

Se divide en:

  • Sistólico: pierde su capacidad de bombear normalmente. No puede bombear con suficiente fuerza para hacer que la sangre circule.
  • Diastólico: El ventrículo no se relaja porque el músculo está rígido. El corazón no se llena de sangre durante el período de descanso entre cada latido.

Insuficiencia del lado derecho

Ocurre debido a la insuficiencia del lado izquierdo, ya que cuando falla se va acumulando líquido en los pulmones y afecta al lado derecho.

Cuando el derecho se ve afectado, reduce considerablemente su capacidad de bombeo, por lo que la sangre retrocede en las venas, causando hinchazón, lo cual deriva en una insuficiencia congestiva.

Insuficiencia congestiva

Ocurre cuando el exceso de sangre y líquidos congestiona los tejidos. Esto se llama edema, y también puede afectar los pulmones y los riñones.

La acumulación de líquido en los pulmones produce dificultad para respirar, sobre todo cuando una persona está acostada.

También afecta la capacidad del riñón para eliminar el sodio y el agua. El líquido retenido continúa acumulándose en el cuerpo y puede crear una emergencia médica.

Fases de la insuficiencia cardiaca

Se han clasificado 4 fases de evolución de la afección según la Asociación Americana del Corazón y el Colegio Americano de Cardiología:

Fase 0

Es la etapa en la que se ha identificado que un paciente tiene riesgo de insuficiencia cardiaca. Por lo general, se diagnostica alguno de estos síntomas o padecimientos:

  • Enfermedad de la arteria coronaria.
  • Diabetes.
  • Hipertensión.
  • Síndrome metabólico.
  • Terapia con medicamentos cardiotóxicos.
  • Fiebre reumática.
  • Abuso de alcohol.
  • Antecedentes familiares con miocardiopatía.

Fase 1

En esta fase, se diagnostica disfunción sistólica del ventrículo izquierdo, aunque no hay síntomas evidentes de insuficiencia cardiaca.

En otras palabras, significa que la cámara inferior izquierda del corazón no bombea sangre como debería. Es posible que en esta etapa los pacientes sufran:

  • Infarto.
  • Miocardiopatía.
  • Enfermedad valvular.

Fase 2

En esta etapa ya se comienza a experimentar síntomas de la afección. Los principales son:

  • Dificultad para respirar.
  • Menos capacidad para hacer ejercicio.
  • Fatiga

Fase 3

El paciente presenta síntomas avanzados de insuficiencia cardiaca. Es necesario que reciba los medicamentos y el tratamiento necesario para prolongar su vida.

Esperanza de vida con insuficiencia cardiaca

Esta afección es muy común a partir de los 65 años. Debido a que los síntomas varían y la etapa que alcanza la afección depende en gran medida de la salud de la persona, no existe una expectativa de vida establecida.

Cuando deriva en un tipo congestivo, aproximadamente el 50 ? los pacientes viven más de 5 años, según estudios realizados.

Algunas de las recomendaciones y tratamientos que sirven para ralentizar la progresión de la afección son los siguientes:

  • Cambios en el estilo de vida: Llevar una dieta saludable, hacer ejercicios regularmente y dejar de fumar en el caso de los fumadores.
  • Medicación: El médico recetará una variedad de medicinas que puede ayudar. Muchas personas necesitan tomar 2 o 3 tipos diferentes.
  • Dispositivos implantados en el pecho: Ayudan a mantener y controlar el ritmo cardíaco.
  • Cirugía: En casos muy graves puede ser necesaria una operación para derivación o trasplante.