La deshidratación, definida de la forma más sencilla, es la pérdida excesiva de agua en el cuerpo. Es producida por la poca ingesta de líquido o la pérdida del mismo.

Desde el punto de vista científico, la deshidratación también puede obedecer a factores biológicos. Por ejemplo, que el área del cerebro que controla la sed esté alterada o que se disminuya la producción de las hormonas que retienen el agua.

Un organismo bien hidratado, si no tiene otras complicaciones subyacentes, está en la capacidad de digerir los alimentos a la perfección. También puede regular la temperatura corporal de manera automática y controlar síntomas de estreñimiento.

Durante el verano, el riesgo a sufrir deshidratación se acrecienta especialmente en los ancianos. Por eso, es necesario redoblar los esfuerzos de cuidado y evitar que padezcan algún síntoma producto de la deshidratación.

En este artículo te daremos algunas pautas importantes para que aprendas a identificar cómo se manifiesta la deshidratación y cómo puedes prevenirla.

Como se manifiesta la deshidratación en los ancianos

El golpe de calor que suele darse durante el verano, es el principal causante de los casos de deshidratación en adultos que se registran. De acuerdo al Observatorio de Hidratación y Salud de España, durante el verano, el 70? la población suele padecer de deshidratación. En la mayoría de los casos son personas de la tercera edad.

Los síntomas más comunes empiezan con el aumento de la temperatura corporal al estar expuesto al sol y no consumir la cantidad de agua suficiente. Aunque estés dentro de casa, la hidratación debe ser constante.

Si percibes algún tipo de desorientación u observas que se marea, es otra clara señal de la deshidratación. En casos avanzados, puede incluir vómitos y diarreas. Estas son condiciones que aumentan la pérdida de agua en el cuerpo. Cuando hay estos síntomas, la hidratación debe ser vía intravenosa para evitar la descompensación.

En los ancianos especialmente suele presentarse mucho desequilibrio provocando caídas constantes.

También te recomendamos estar alerta a signos como:

  • Dolor de cabeza
  • Calambres
  • Piel seca
  • Sequedad en la boca
  • Orina de color amarillo intenso y oscuro
  • Ojos hundidos
  • Apatía
  • Hipertensión

Así se puede prevenir la deshidratación en los adultos mayores

Son múltiples las recomendaciones de expertos para evitar los síntomas de la deshidratación en adultos. Por lo general, se debe beber entre 2 a 3 litros de agua al día. Durante el verano, la cantidad se puede aumentar, dado que el calor acelera la pérdida de líquido del organismo.

La alimentación es fundamental para prevenir estos casos, en especial de frutas y verduras. Estas tienen mayor contenido de agua, hasta un 85? su peso. El melón, la sandía, la cereza y el melocotón son las frutas ideales.

Las carnes rojas y el pescado siguen en la lista de alimentos que se deben consumir para mantenerse hidratados. En este caso, contienen hasta un 50?agua.

Expertos en el área como los cuidadores profesionales recomiendan:

  • Beber agua aunque no tengas sed.
  • Existen aplicaciones que te recuerdan tomar agua. Estas se pueden programar con alarmas cada 30 o 45 minutos. El tiempo variará de acuerdo a lo caliente que esté el ambiente. Los cuidadores profesionales conocen con mayor precisión cada cuanto debe ser el consumo de agua.
  • Si sientes sed, evita las bebidas gaseosas. Su alto contenido en azúcar a la larga produce sequedad en la boca. Tampoco ayuda la ingesta de alcohol.
  • En las noches de verano no se debe descuidar la toma de agua. Cada vez que el anciano se despierte debe hidratarse.
  • Evitar largas caminatas sin compañía o sin el debido equipamiento. Se precisa ropa holgada que permita transpirar el sudor y no se pegue al cuerpo, calzado cómodo, un sombrero de ala ancha, y una botella de agua fresca o helados de frutas naturales. También es pertinente un protector solar.
  • Estar atentos a las proyecciones del clima para el día y tomar las previsiones necesarias, en especial si la persona adulta no cuenta con compañía constante.
  • En la medida de lo posible, mantener la casa ventilada y fresca, sobretodo si el anciano tiene alguna incapacidad para moverse y debe pasar horas en un mismo sitio.

De acuerdo a un estudio realizado, el agua es una de las bebidas que más contribuye a la hidratación, en un 61,2%. La leche supone un 11% y las sopas y caldos solo ayudan a reponer agua del organismo en 7,6%. Las infusiones y los zumos de frutas quedan en el último lugar con 3?da uno.

En el caso de que existan signos de deshidratación leve, la acción inmediata es tomar agua en pequeñas cantidades para evitar vómito. Si el médico o el cuidador lo consideran, también se pueden ingerir sales de rehidratación.

En situaciones donde las señales de deshidratación sean elevadas, se recomienda acudir al médico para su tratamiento oportuno.

El cuidado de los ancianos es una labor que necesita dedicación, paciencia y conocimiento en el área. La deshidratación en adultos durante esta época puede llegar a ser fatal en los casos donde no se ofrezca la atención a tiempo y especializada.