Vivir con un familiar que tenga problemas de movilidad, ya sea moderada, leve o severa implica una responsabilidad considerable y que se presenta en dos sentidos: hacia la persona que padece la situación y hacía sí mismo.

En otras palabras, es necesario conocer la forma de ayudar al enfermo sin producirle mayores problemas físicos y, a la vez, hacerlo sin causarse daños a nivel de la espalda.

Es necesario aprender a mover a la persona de acuerdo a las recomendaciones de los expertos porque al realizarlo diariamente de manera incorrecta las consecuencias podrían ser nefastas. Por eso, queremos darte algunos consejos que te pueden ser de gran ayuda.

¿En qué consiste la movilidad reducida?

La movilidad reducida (PMR) consiste en limitaciones permanentes o temporales  que sufre un individuo a la hora de moverse, esto lo obliga a requerir de la ayuda de otras personas para poder realizar las actividades más elementales.

En este grupo se encuentran aquellos que tienen alguna discapacidad relacionada con la movilidad, así como dificultades causadas por la ancianidad, embarazo, etc. Para ayudar a las personas en esta situación se creó en España la Ley de Dependencia, la cual  ofrece prestaciones económicas para la obtención de un servicio de apoyo a las familias o personas solas en este tipo de situación.

Para este tipo de problemas existen empresas especializadas en ofrecer apoyo doméstico y de cuidado experto a las familias de ancianos o enfermos. Muchas de ellas están asimiladas a la Ley de Dependencia, además te pueden ayudar con los trámites para la solicitud, como es el caso de SADA, una empresa especializada con gran reconocimiento en el país.

Consejos para incorporar personas con movilidad reducida

Lo primero que debes tener en cuenta es que  debes ajustar el grado de apoyo en función de las capacidades individuales del anciano. Es bueno fomentar la mayor independencia posible, así que se le debe permitir realizar algunas maniobras que estén dentro de sus posibilidades.  De igual forma, siempre mantén una actitud tranquila, que demuestre respeto, cariño y paciencia ante la situación de la persona.

A continuación, te ofreceremos algunas recomendaciones que te pueden ser de utilidad, están organizadas en dos: 5 para cuidar la salud del cuidador y 6 para proteger la salud del anciano.

5 consejos para el cuidador de personas con movilidad reducida

  1. Al momento de movilizar al anciano debes colocar los pies separados y utilizar un calzado antirdeslizante, lo que te permitirá una mejor estabilidad, equilibrio y más capacidad para proporcionar bien la fuerza.
  2. Flexiona ligeramente las rodillas, inclina u poco la pelvis y contrae los músculos abdominales, esto hace que la fuerza se genere en los músculos de las piernas y abdominales, esto evita que los músculos de la espalda se vean afectados.
  3. Sitúate lo más cerca posible a la persona mayor para darle seguridad y disminuir la cantidad de esfuerzo al distribuir de forma más equilibrada el peso. Dile al anciano que rodee con sus brazos tu tronco, sin apoyar las manos alrededor de tu cuello.
  4. Sujeta al anciano rodeándolo con tus brazos, con seguridad y sin titubeos, así no perderás el equilibrio o él no halará de ti al sentirse inseguro.
  5. Evita realizar giros de la columna vertebral mientras están ayudando a moverse al anciano, ya que este tipo de movimientos te pueden generar una lesión.

6 Consejos para no perjudicar al anciano al movilizarlo

  1. No debes sujetar a la persona de ninguna de sus extremidades, tampoco lo agarres por debajo de las axilas, esto podría producirle dolor o alguna lesión en las articulaciones o músculos.
  2. Debes mantener una comunicación efectiva y directa con el anciano mientras lo mueves, así podrás saber si se siente incómodo, adolorido o lastimado durante la maniobra. No lo apures o instigues a moverse con rapidez. Recuerda que las personas mayores suelen sufrir de hipertensión lo que implica riesgos mayores a la hora de hacer movimientos bruscos o pararse de forma repentina.
  3. Es importante que el anciano utilice un calzado adecuado para su edad y condición, debe ser antideslizante y sin cordones que puedan causar caídas.
  4. La habitación y el baño que utiliza el anciano debe estar libre de objetos en el piso, cables, alfombras o superficies resbalosas. Del mismo modo, ambos espacios deben contar con buena iluminación y ventilación. . En el baño y la ducha se deben instalar pasamanos para que exista un soporte adicional al que el anciano puede acceder.
  5. Si vas a movilizar a la persona hacia una silla de ruedas debes comprobar que los frenos están puestos, así como retirados los reposapiés de la silla. Así no se producirán resbalones, caídas o golpes en las piernas del anciano.
  6. Puedes ayudarte con algunos accesorios diseñados para ayudar a movilizar personasen estado severos de inmovilidad, como por ejemplo un cinturón de sujeción, discos giratorios para trasladar enfermos y todo tipo de soportes.