Cuidar a nuestros familiares mayores que ya no pueden valerse por sí mismos no solo es un deber, es un acto de amor. No obstante, esta tarea puede llegar a ser abrumadora tanto de forma emocional como física.

El cuidado diario de cada detalle: La alimentación, medicación, higiene y movilización del enfermo exige una gran demanda de tiempo que, la mayoría de veces, deja relegadas las necesidades del cuidador.

Tal situación, si se posterga por mucho tiempo puede llegar a provocar efectos perjudiciales en la vida del cuidador. Por eso, si estás en esta situación o conoces a alguien que la vive, es necesario que conozcas las posibles soluciones.

La vida cotidiana de un cuidador

El día a día de un cuidador de personas mayores se apega a una rutina estricta que limita su campo de acción. Estas personas pueden dejar su vida personal en un segundo plano, las actividades sociales, laborales y hasta sus otros familiares también pueden verse afectados.

Un cuidador puede emplear al menos 80 horas a la semana en el cuidado al anciano. Sumado a sus actividades laborales puede producir un gran desgaste orgánico y psicológico. Según las estadísticas, un 67? los cuidadores no profesionales presenta trastornos de distintas índoles. Entre los más comunes están los dolores musculares, cefaleas, fatiga, lumbago, ansiedad, depresión e insomnio.

En la mayoría de los casos la persona, además de ser cuidador, debe atender a sus otros familiares y trabajar. Se afirma que el 54?ja atrás la atención a otros familiares, y un 33% olvida su cuidado personal, es decir, alimentación, salud, recreación, apariencia, etc. Esto va de la mano con un cuadro depresivo y el desgaste físico, lo que podrá generar un daño mayor al grupo familiar.

El síndrome del cuidador

El síndrome del cuidador es todo el conjunto de complicaciones físicas y emocionales que puede experimentar una persona que ha dedicado gran parte de su tiempo en cuidar a un familiar enfermo.

A medida que se extiende el período de atención del anciano hay mayores riesgos de padecer de este síndrome. Poco a poco, el cuidador va perdiendo su independencia y modificando su estilo de vida en función de otro.

La causa de este síndrome es el continuo estrés al que se ve sometido el cuidador. Son rutinas diarias y difíciles que, muchas veces, implican conflictos con el enfermo. Cuando se es un familiar cercano del paciente es posible que se generen tensiones debido a la relación de dependencia que se puede generar.

Además, a veces nos exigimos a nosotros mismos más de lo que podemos asumir, sobre todo si pensamos que somos los únicos responsables y capaces de cuidar de la persona dependiente.

Efectos del síndrome del cuidador

Si eres cuidador o alguno de tus familiares lo es, debes tener en consideración los siguientes síntomas y buscar una solución beneficiosa para todos los implicados:

  • Excesivo agotamiento
  • Cambios en la forma de alimentación y en el peso
  • Dificultad para conciliar el sueño y fatiga durante el día
  • Dolores musculares
  • Palpitaciones
  • Problemas digestivos
  • Consumo excesivo de café, alcohol, tabaco o medicamentos

Con respecto al comportamiento, es importante observar si se manifiestan ciertos signos como:

  • Poco cuidado de la apariencia personal
  • Tristeza e irritabilidad
  • Cambios drásticos de estado de ánimo
  • Pérdida de la concentración y la memoria
  • Cuadros depresivos
  • Pérdida de interés en actividades recreativas y sociales
  • Abandono de las relaciones con amistades

Posibles soluciones

Lo primero que debes hacer es ser consciente de la situación. Debes reconocer que las tareas de cuidado se han salido de tu control o están siendo asumidas de un modo poco saludable. Sabemos que cuidar de alguien es una tarea compleja que será agotadora, es una situación que pueden sobrepasarnos.

Lo más importante al momento de cuidar de un enfermo es entender que primero es necesario cuidarnos a nosotros mismos. Así que no debes sentir culpa si te tomas el tiempo para descansar, ejercitarte o practicar tus hobbies. Además, de todo eso te recomendamos:

  • No sientas que eres el único que puede ayudar y cuidar del enfermo como se debe. Siempre hay otras personas que pueden ayudarte y quitarte responsabilidades. No es necesario que sacrifiques todo tu tiempo.
  • Acude a un cuidador de personas mayores profesional. Es la persona que podrá relevarte durante la jornada que prefieras y se encuentra completamente cualificado para darle los cuidados que el enfermo requiere.

Si necesitas un experto en cuidado de personas en situación de dependencia no dudes en buscarlo, es la mejor forma de evitar que tú o alguno de tus familiares se sienta agobiado a causa de esta situación.

Recurre a un servicio de ayuda experta que te facilite diversos servicios, desde la atención personalizada, limpieza, transporte con vehículos adaptados, preparación de alimentos y mucho más. Ya verás cómo se reduce la tensión, sin que tu familiar mayor quede desprotegido.