Uno de cada 6 españoles sufrirá de un ictus a lo largo de su vida. En España, cada 6 minutos se produce un ictus y cada 14 minutos, muere una persona a causa del mismo.
El ictus cerebral es la segunda causa de fallecimiento en el mundo, más de 6 millones de muertes son producidas por esta enfermedad. En España, es la primera causa de muerte entre las mujeres.
Es también la primera causa de discapacidad entre los adultos y la segunda responsable del deterioro cognitivo. Tiene un mayor impacto que el resto de enfermedades neurológicas si las juntamos todas.
¡Los datos son escalofriantes! Y se espera que se eleven en los países desarrollados en los que la población cada vez envejece más.
Por ello que es importante conocer sus síntomas, las causas y las consecuencias que puede tener en la vida del enfermo, y también en la de las personas que le rodean.
¿Qué es un ictus?
La palabra ictus tiene su origen en el latín y significa golpe o ataque. El término anglosajón stroke tiene un significado idéntico, que expresa el carácter repentino y brusco del proceso.
En el campo médico, el término ictus o enfermedad cerebrovascular hace referencia a cualquier trastorno de la circulación cerebral, que de modo general empieza de forma brusca.
Este problema circulatorio, puede ser consecuencia de la interrupción de flujo sanguíneo a una parte del cerebro (isquemia cerebral) o la rotura de una arteria o vena cerebral (hemorragia cerebral). Aproximadamente el 85 % son ictus isquémicos y el 15% hemorrágicos.
Aunque nuestro cerebro es tan sólo el 2? la masa de nuestro organismo, requiere el 20? la circulación porque tiene un alto consumo de energía y no dispone de almacén, por lo que necesita que el oxígeno y los nutrientes le lleguen de modo constante.
Bastan unos pocos segundos de carencia, para que las células a las que les falte se destruyan (se infarten) y se dañen de forma permanente. Interrupciones pequeñas del flujo sanguíneo son suficientes para producir la disminución o la anulación de las funciones que dependan de la parte afectada.
La circulación colateral (inmenso entramado de diminutos vasos sanguíneos entre las arterias), es un mecanismo que utiliza el cerebro para su seguridad.
Es conocido por muchos nombres: infarto cerebral, accidente cerebrovascular, trombosis, embolia, derrame cerebral, apoplejía o aneurisma.
Esto origina mucha confusión entre el concepto y la diferenciación de los tipos de ictus. Estos nombres, sin embargo, sólo describen algún tipo de ictus concreto y no engloban a la totalidad.
Síntomas del ictus: ¿cuáles son?
Los síntomas del ictus varían según la zona del cerebro afectada, pero entre los más comunes destacan los siguientes:
- Adormecimiento, hormigueo o debilidad muscular, en la cara, brazo, pierna, o a los lados del cuerpo.
- Pérdida del equilibrio y/ o falta de coordinación.
- Confusión repentina.
- Pérdida repentina de la fuerza o la sensibilidad de alguna parte del cuerpo.
- Incapacidad para caminar.
- Dificultad para hablar o entender a otras personas.
- Visión distorsionada, en uno o en los dos ojos.
Tipos de ictus
Según el orígen daño que se produce en el vaso sanguíneo se distinguen dos tipos de ictus:
Ictus Isquémico, infarto cerebral o isquemia (trombosis, embolia y apoplejía)
El ictus isquémico o infarto cerebral es aquel que ocurre cuando se obstruye o se tapona una arteria. Esto produce la falta de oxígeno y nutrientes y se lesiona, produciéndose una isquemia cerebral. Si esta falta de riego se prolonga, el tejido cerebral muere y se produce el infarto cerebral.
La obstrucción del torrente sanguíneo puede deberse a:
- Una trombosis: el coágulo de sangre que causa el taponamiento se produce en el mismo vaso sanguíneo y produce un ictus trombótico o aterotrombótico.
- Una embolia: cuando el material que causa el daño se produce en otra parte del cuerpo que está alejada y es trasladada hasta el cerebro por el torrente sanguíneo, y produce un ictus embólico.
Entre los ictus isquémicos más comunes se encuentran:
- Ataque isquémico transitorio, también conocido como Ictus leve. Suele ser de corta duración y poca intensidad y el flujo sanguíneo sólo se detiene de forma transitoria.
- Infarto cerebral, que produce una lesión cerebral permanente en la persona.
Ictus leve
Se reconoce como ictus isquémico transitorio, y no es otro que un pequeño infarto cerebral. Se caracteriza por detenerse el flujo sanguíneo y de oxígeno solo en una parte del cerebro, pero tiende a ser de escasa intensidad y duración.
Ictus hemorrágico (derrame cerebral, aneurisma)
El ictus hemorrágico es de los menos frecuentes, se dice que ocurre entre un 10% y 15? todos los casos. A diferencia del anterior, se rompe el vaso sanguíneo, bien sea la vena o arteria, y es cuando ocurre la hemorragia dentro del cerebro.
Con este ictus cerebral, los pacientes tienen pocas probabilidades de sobrevivir.
¿Cómo detectar un ictus?
Para detectar un ictus, se recomienda utilizar la Escala Cincinnati, realizando las siguientes comprobaciones:
- Lo primero es pedir a la persona que sonría. De no existir alguna deficiencia en uno o los dos lados de la cara, el rostro tendrá forma simétrica.
- Después, pedir que levante los brazos durante unos segundos.
- Finalmente, la última comprobación es pedirle que hable. Cuando sufren un ictus, suelen arrastrar las palabras, decir cosas sin sentido o ni siquiera pueden hablar.
Causas de un ictus: ¿por qué suceden?
Existen diversos factores que causan un ictus atendiendo al tipo de ictus.
Causas del Ictus Isquémico o infarto cerebral:
- Ictus por arteroesclerosis: Esta una enfermedad consiste en una inflamación crónica de las arterias que causa su endurecimiento y la acumulación de placas de colesterol en sus paredes, pudiendo provocar así la formación de trombos.
- Ictus cardioembólico: Los coágulos de sangre (trombos) en el interior del corazón pueden estar producidos por arritmias (especialmente la fibrilación auricular), alteraciones de las válvulas cardíacas o por las dilataciones de las cavidades del corazón. Una vez producidos, pueden viajar por el torrente sanguíneo hasta el cerebro, taponando una arteria.
- Ictus por rotura de la pared arterial: Normalmente producido por un traumatismo, alguna vez se produce de modo espontáneo. El coágulo que se produce en la rotura puede interrumpir la circulación y producir el ictus.
- Trombosis venosa cerebral: Se dan cuando el trombo se forma en una vena y no en una arteria. Esto congestiona las venas haciendo difícil la circulación, pudiendo incluso provocar la rotura del vaso y la consecuente hemorragia.
- Ictus de causa indeterminada: En el que no se consigue encontrar la causa que lo ha provocado.
Causas del Ictus Hemorrágico o hemorragia cerebral:
- Presión arterial alta: La hipertensión arterial es una enfermedad crónica de las arterias con valores por encima de 14/9, que puede provocar además de la obstrucción, también su rotura y causar hemorragias cerebrales en las zonas profundas del cerebro.
- Procesos degenerativos (angiopatía amiloide cerebral): La sustancia conocida como amiloide se deposita en las arterias causando su hemorragias cerebrales en zonas próximas a la superficie del cerebro y deterioro cognitivo.
- Hemorragias secundarias o malformaciones vasculares del cerebro: Se dan con menos frecuencia, pero la existencia de malformaciones en los vasos sanguíneos puede causar su rotura, como en el caso de los aneurismas cerebrales.
Los factores de riesgo más comunes para cualquier tipo de ictus están relacionados con:
- La edad. Aunque los jóvenes pueden verse afectados, el riesgo al pasar los 55 años, y cada década dobla dicho riesgo. Se considera una de las enfermedades más comunes en personas ancianas.
- El género. Los hombres tienen mayor riesgo de sufrir un ictus, y sin embargo la mitad de las muertes por infartos cerebral son en mujeres.
- Antecedentes familiares.
- El fumar, consumir alcohol o drogas en exceso.
- Algunos grupos poblacionales. Los hispanos y afroamericanos presentan mayor riesgo Se dice que los de piel más oscura o con discapacidad suelen tener más riesgo de muerte que los de piel blanca. Pero parece que las situaciones económicas desfavorables tienen un peso mayor.
- Si la persona sufrió recientemente un infarto cerebral, las probabilidades de tener otro aumentan.
- Obesidad, sobre todo abdominal.
- Presión sanguínea elevada.
- El sedentarismo.
- La diabetes, que aumenta entre 1.8 y 6 veces el riesgo y más si el paciente presenta también tensión alta.
- El colesterol alto.
- Padecer de alguna enfermedad cardíaca o en la arteria carótida, tener ataques isquémicos transitorios, o los glóbulos rojos altos pueden ocasionar este tipo de padecimiento.
Ictus tratamiento
El tratamiento varía dependiendo de su origen, es decir, si es isquémico o hemorrágico. Algunos casos puede requerirse un procedimiento quirúrgico, bien sea para reducir la presión intracraneal o para retirar el coágulo.
El coma inducido con medicamentos es una estrategia médica para reducir el consumo de energía y oxígeno, al mantener el cerebro dormido y reducir su metabolismo. La terapia de frío consiste en enfriar el organismo para que la tempera corporal disminuya hasta los 21-22ºC, lo que favorece que la presión intracraneal disminuya.
Con estos tratamientos se intenta reducir, en la medida de los posible, los daños cerebrales.
Es importante recordar que algunos pacientes, de por vida, deberán tomar anticoagulantes para evitar presentar de nuevo un ictus. Igualmente, otros deberán ir a rehabilitación para recuperar el habla o la movilidad en la parte del cuerpo afectada.
¿Te puede dar un ictus y no enterarte?
Ya que el ictus no causa dolor, sí puede suceder, y su nombre es ictus silente.
Por no manifestar síntomas, es difícil detectarlo a tiempo. Para facilitar la identificación, en el sistema de salud se han incorporado técnicas como las siguientes:
- El examen de pulsos carotídeos en el cuello.
- Un examen de pulsos preauriculares y temporales superficiales.
- El examen de los pulsos radiales.
- La auscultación cardíaca.
- Auscultación de globos oculares y cráneo.
- Y por último, otro llamado el fondo de ojo.
¿Cuál es la esperanza de vida después de un ictus?
La esperanza de vida después de un ictus, va estrechamente relacionada con la rapidez de la detección y la atención. A mayor velocidad, es posible que la lesión no sea permanente y que la persona no llegue a morir.
Recuerda que la atención inmediata ante ese tipo de manifestaciones repentinas, puede cambiar el resultado final y evitar las secuelas e, incluso la muerte del paciente. Y esto es extremadamente real en el caso de un derrame cerebral, donde el porcentaje de supervivencia es menor.
Estudios como el de la Universidad de Melbourne coinciden en que el adelantar la terapia garantiza 1,8 días de vida saludable, mientras que la revista Stroke Journal of the American Heart Association opina que existe una disminución de un mes de vida sin discapacidad si se le administra un anticoagulante al paciente quince minutos más tarde.
De ahí la importancia de los protocolos de actuación establecidos en la mayoría de los hospitales de España.